Cruzada profética de Noteo, en Pino Solitario.

Por Teo Antinoteo.

Episodio I

No pude resistir los deseos profundos de ir a escucharlo. En cuanto me enteré de que venía a la ciudad, las ansias de contactar con él personalmente, se intensificaron. Después de tanto tiempo de careos y más careos, por carta, por radio, por mails, y hasta en chateo común y corriente, por fin, mi personaje “versus” iba a aparecer... ante mí... en toda su magnitud anti-teótica para una gran cruzada en la ciudad de Pino Solitario de donde soy pastor.

Las pancartas se veían a todo lo largo de la avenida más importante de esta ciudad (realmente contaba con una sola). Por los diferentes recovecos de las callejuelas de Pino Solitario se escuchaba el altoparlante agudo, anunciando al tan esperado y notorio personaje.

De fondo, una música estridente, agudísima, estrepitosa, crispadora de nervios, (capaz de hacerle chirriar los diente al mismo “Chapulin Colorado” con toda y toda “su valentía”, y capaz de desperezar al invernado oso más dormilón) que decía: “¡Me gozo en la coinonía, me gozo en la coinonía, me gozo en la coininía, yo me gozo todo el día... etc, etc.!” De en medio de aquella música, ahora más apagada, surgió la voz grave, autoritaria, convencida, del locutor que decía: “¡Atención, atención pinosolitariences, a partir del domingo, a las veinte horas, estará predicando, enseñando, sanando, repartiendo dones a diestra y siniestra, ministerios al por mayor y al por menor, profetizando prosperidad, ministrando sanidad interior, y si todo esto fuera poco, ofreciendo un cuadernillo de 17 hojas de un estudio sobre “danzas y bailarines espirituales” con su respectivo disco compacto y DVD. Le añadimos, además un tratado completo de un tema tan profundo que ni él mismo entiende, pero lo vende; y, si lleva a los niños, le vendemos también caramelos, chupetines, galletitas y chocolatines. Raspe la raspadita del sobrecito del chocolatín y puede sacarse una entrada a la cruzada, libre de ofrendas. Y, como decía, tendremos en esa noche, en la ciudad de Pino Solitaro al Apóstol, Profeta, Sacerdote y Rey, Evangelista, Pastor y Maestro, el Reverendo No-teo Anti-teooooooooo!

Episodio II

Para recibir a Noteo, y con anticipación, había tenido efecto la consabida reunión del Sanedrín del pueblo de 450 habitantes para organizar la cruzada que duraría más o menos dos días (sábado y domingo). Las 77 Iglesias pentecostales con sus repectivos pastores, 70 ancianos, 107 diáconos y diaconisas, 103 ujieres para parar el golpe de los que habrían de caerse (en la susodicha reunión se estimó que serían alrededor de 300 a 400 caídas), se comprometieron a prepararse con todo para que todo saliera bien. En el pueblo había también una Iglesita Bautista, otra Metodista y otra Presbiteriana, pero ellos, pobrecitos, no entendían ni un cuerno de lo que estaba pasando, por lo cual decidieron estar al margen de la situación. ( Miren que trataron de convencerlos, pero no hubo forma. “Son muy estructurados”, decían los ancianos pentecostales. Y los metodistas decían de los pentecostales: “Son unos bolicheros, ahí no nos metemos nosotros ni a los palos”).

Entre las actividades preparatorias determinaron, después de largo debate (entre mate y mate y una que otra torta frita preparada por la Hna. Ilusoria; porque dicho sea de paso, siempre hay que honrar a los que trabajan en el ministerio de la Iglesia aunque sea mencionando su nombre, y a Ilusoria le tocó en esta oportunidad que la mencionaran, y por cierto uno de los ancianos más ancianos pidió un aplauso para Ilusoria por la tortas fritas tan ricas que había hecho, todo en preparación para la gran cruzada del pastor Noteo. Y por también la animaron, exhortándola a que desarrollara ese ministerio tan útil, y hasta el hermanito Eutanasio le sugirió que lo llamaran Ministerio Torta Frita “Viuda de Sarepta”. Figúrense ustedes lo conmovida que quedó Ilusoria. Desde ese día prometió que en ninguna reunión del Sanedrín faltarían las tortas fritas, de lo cual quedaron muy satisfechos los ancianos y restantes)... perdón ¿por dónde iba?

Ah sí, ya... ellos se comprometieron a que sus respectivas Iglesias habrían de realizar una vigilia donde estarían toda la noche cantando y cantando hasta que el sol saliera (porque dicho sea de paso, les recuerdo que antiguamente se oraba, pero ahora se canta hasta las 6 de la mañana, en que le entregan al predicador para que predique 5 minutos a una congregación que, después de tanto meneo, se queda “mosca” en los asientos). Cada uno se comprometió con $0.25 (porque la cosa estaba muy mala) para respaldar el inicio de la campaña. El asunto es que las ofrendas no las podían tocar, porque eran para el profeta (recuerden que antes las ofrendas eran para el evangelista, pero ahora los pobres evangelistas quedaron en el olvido, ya nadie habla de ellos, los profetas ahora tomaron su lugar, y todo el mundo quiere tener su profetita en su Iglesia). Tampoco podían tocar las recaudaciones del bufette ni la de la venta de tortas frita que la Hna. Ilusoria había donado, ya que esa venta iba a ser el fuerte de la cruzada; ni la donación que por adelantado había dado Don Onorio a quien el hermanito Euforio profetizó: “Hno. Onorio, Hno. Onorio, Dios me ha revelado que dones los ahorros de tu jubilación para la cruzada”, y como el Hno. Onorio, un ancianito de 85 años, era temerosísimo de Dios, en obediencia a “la voz del Señor” hizo también la donación. Así que ya tenían todito preparado para la recepción de la cruzada y ahora a esperar el día.

A Noteo, se le avisó con tiempo de todos los preparativos. Él hizo sus cálculos, y como su ministerio, llamado “Ministerio Proférico-Evangelístico Soloyó”, estaba compuesto por él solo, y no tenía que compartir dividendos con nadie, todo sería ganancias: hotel, comida que los hermanos se habían comprometido. Visualizaba los asaditos, los “verdecitos”, etc, etc. Iba a ser todo un éxito la cruzada.

Episodio III

Llegó, como es natural, el día de la vigilia, que comenzó con todo. ¡Hermoso, lindo! Las alabanzas empezaron. La bendición cayó. Se levanta un hermano, profeta local, con la primera profecía. Se levanta otro (estudiante de una de las 600 escuelas de profetas capitalinas y que estaba en período de práctica ministerial profética en Pino Solitario) con la segunda profecía. Se levanta el tercero, el hermanito Pichicho, que eventualmente se levantaba a exhortar a los hermanos y que, debido a eso, y a las lenguas que hablaba, lo habían designado profeta emérito de su congregación. En medio de la bendición y la euforia y el canto, se levanta finalmente el profeta Leocadio y dice: “Hermanos, esta es noche de bendición, los muros están cayendo, el diablo está retrocediendo, los demonios ya están saliendo, las enfermedades están desapareciendo, y hay liberación, y proclamamos abundancia y trabajo para la ciudad desde esta noche”. Los aplausos no dejaron de sonar. Amenes y más amenes se escucharon. Y como esa noche fue noche de victoria (inclusive la obtuvieron antes del amanecer), ya era de ellos la ciudad completita: fábricas, empresas, negocios, bancos, etc, etc. pasaron a ser de la Iglesia en un santiamén. Los hermanos, satisfechos, se fueron cada uno a descansar a su casa.

Episodio IV

¡Ah!, pero el cerebro del pastor Nicasio comenzó a razonar lógicamente. Durante el resto de la noche no dejaba de pensar en el éxito de la vigilia y se dijo: “ Si ya tenemos la ciudad en nuestras manos, si las fábricas ya son nuestras, si cuando me levante ya somos ricos, ¿a qué cuernos tiene que venir el Rvdo. Noteo acá, si nosotros con nuestras mismitas fuerzas lo hicimos?

Bien temprano por la mañana tomó el tubo del teléfono. La primera llamada fue a la hna. Ilusoria para que preparara tortas fritas, mate, para otra reunión conciliar. Urgente telefoneó a los 77 pastores, a los 70 ancianos y al cuerpo honorífico de diáconos (de paso sea dicho, todavía está pagando la cuenta de teléfono). A las once todos, con tortas, Ilusoria y todo, estaban ya dispuestos. Nicasio tomó la palabra:
- Hermanos, ¿de quién es la ciudad?
- Es nuestra - casi en coro respondieron los 77.
- ¿De quienes son los bancos, las empresas y todo lo que anoche conquistamos?
- De nosotros, - contestaron.
- Entonces, ¿para qué cuernos tenemos que traer a ese Noteo que al fin y al cabo no sabemos ni quién es?
- Efectivamente - contestó uno (ustedes saben que en toda reunión hay que hablar primero, porque "el que da 'alante' da dos veces"), y todos secundaron.

Pero el ancianito Facundo Luna de Valencia, pastor venerable, de barbas blancas y muy respetado por su honestidad, preguntó:
- ¿Y qué vamos a hacer con todas las donaciones que han hecho? ¿Los dos mil pesos que Don Onorio donó, etc. ?
- Tengo la solución, -dijo la la diaconisa Vivi Ana -. Nuestras Iglesias están necesitadas, partamos a partes iguales, y la bendición es para todos.
- Buena idea - dijo el diácono Petrarca San Gano, apoyando a Viviana.

Toditos estuvieron de acuerdo, pero faltaba otra cosa muy delicada que resolver: ¿Qué hacer con Noteo?
- Faaaácil- dijo el otro -. ¿Para qué está el teléfono?

Episodio V

No quieran saber la reacción de Noteo. Se le olvidó que era Profeta, Sacerdote, Rey, con los cinco ministerios más los nueve dones carismáticos principales , los otros de las listas de Romanos y Corintios, y los surgidos en la década del 90, (como por ejemplo: “salmistas”, “bailarines”, “portadores de estandartes” “danza hebrea”, “teatro criollo”, etc.). Comenzó a lanzar toda clase de reproches (no se justifica, pero se explica, ¿o no?); y les cuento que, del tiro, hasta por teléfono profetizó otras cosas más... ¿que qué dijo?...ni les cuento). ¡Pobre Noteo! Salió volando su hotel, salieron volando los “verdes” y él... se quedó en tierra. Porque desde que se inventó el teléfono, es fácil zafar de las situaciones, y el otro ¡me importa un cuerno!

Pero, sinceramente, si defraudado quedó Noteo, desconsolado quedé yo también. La posibilidad de conocer al notable Noteo, también salió volando y los únicos que quedaron cantando “¡Me gozo en la coinonía, me gozo en la coinonía, me gozo en la coinonía y no crean que es manía. No crean que es manía, y no crean que es manía, y no crean que es manía y no crean que es maníaaaaaaaaaaaaa, yo me gozo en la coinonía!” (bis 777 veces 7 más) fueron ellos, y cantando también se quedaron con todos los dividendos producto de la actividad nocturna.

Epílogo

Y, para terminar, según oí de las malas lenguas, Noteo, en venganza, por aquello de que “poniendo estaba la ganza”, les hizo una demanda judicial por derecho de autor pues, a costa de su cancioncita, en cada culto, las gentes no solo danzaba y se gozaba, sino que cuando venían pasando el ofrendario, estaban tan entusiasmados, que no sabían lo que hacían y billeteras enteras, relojes, anillos, cadenas, etc, eran puestas dentro.

El problema más grave, lo peor de todo, fue a la hora de partir y repartir la “torta”, pero es historia para otra oportunidad.