sábado, 25 de octubre de 2008

Primera Epístola de Teo Anti-noteo para No-teo Anti-teo.

Deshonorable No-teo:

En días pasados te oí predicar por la radio. Un sermón candoroso salía de tus labios. Si no hubiera sido por la carencia de enseñanzas concretas y palabras sin sentido que dijiste, y la cantidad de cosas raras que salieron de tu boca para ese pueblo que quedó tan ignorante como antes, malgastando también su tiempo para oírte, hubiera dicho: ¡Qué sermón tan tremendo predicó Noteo! No tuve que esperar mucho para discernir dónde estaba tu problemática. Cierto que no es tu consagración: eres un santo. No, no, tampoco es tu dicción, que, aunque no eres una verborrea ambulante como tu mentor Próspero, sin embargo que, ¡qué lástima!, Noteo.

Tu problema, Noteo, es que le haces gala a tu ignorancia. Te recreas en ella. Con un espíritu pavorrealezco, desprecias la sabiduría. En otras palabras, como necio al fin (esto lo puedes ver claramente en el libro de Proverbios), justificas tu ignorancia menoscabando la sabiduría.

Antes que nada, apreciado “Note”, quiero decirte que los filipenses no son descendientes del Apóstol Felipe. Ellos eran miembros de la Iglesia en la ciudad de Filipos. Ni los filisteos eran primos de los filipenses, y mucho menos, primos de Filemón. ¡Caramba, Noteo! ¡No, no, te pongas mal! Yo sería incapaz de dirigirte a un Diccionario Bíblico, entiendo que eres descendiente de los recabitas, pero en tu caso, no te contaminas con libros, sino al revés que ellos, sí con “el mucho vino” . ¿Te fijas cómo te conozco? Para eso sí eres un exégeta... pero bueno, dejemos eso ahí. Pero eso sí, quiero rectificarte, que por el hecho de que la Biblia diga que “Él vino a las regiones de Cesarea”, y digas que “Él vino a tu corazón”, tampoco quiere decir, Note, que permanezcas todo el tiempo con el codo en alto. Está bien, no quiero meterme en tu vida privada. Es solo para que pienses. Lo dejo así.

Algo que me llamó la atención, apreciado “Note” fue tu flágido azote contra los maestros de la Palabra. ¡Hermano, cuántas cosas dijiste!, Sí, sí, yo sé que estabas en el Espíritu, que tú no eras el que hablabas, que era Dios (pobrecito Dios) el que hablaba por ti; pero por favor Noteo, la Teología no fue la religión que fundaron los filis-teos. Paréceme que tú no las tienes del todo con esa gente. Frecuentemente la estás mencionando. Pero no tienes por qué temerles, esa gente ya hace mucho rato que no existen... Lo que sí quiero aclararte es que la Teología tampoco es tu enemiga. ¡Ah, Noteo, si la conocieras!. Ella es tan sabia, tan dulce, tan tierna, tan amistosa, tan pegajosa... que cuando uno llega a conocerla, después no quiere dejarla...

Permíteme, Note, hablarte un poquito de ella:

¿Sabes lo que es Teología: Esta es una pregunta que todos los libros sobre este tema tratan de definir. Algunos ejemplos de definiciones son las siguientes: “Es un tratado acerca de Dios”; otros dicen: “Es un estudio sistemático acerca de la comprensión del concepto de religión”; y el Diccionario de la Lengua dice: “Ciencia que trata de Dios, de sus atributos y perfecciones”. Los conceptos de teología, por regla general, están acondicionados, justo al tipo de enseñanza aprendida o absorbida de alguna forma, de cualquier forma, a través de la vida del hombre. Cada religión tiene su concepto de teología... tiene una teología y esa teología rige su forma de vida. Toda persona tiene su propio concepto teológico. Sencillo, inexplicable, pero lo tiene. Tú preguntas a alguien qué cree acerca de Dios y pudiera decirte: “No sé, me enseñaron que hay Dios que hizo el mundo y yo lo creo (o no lo creo)” Estos son conceptos teológicos elementales, pero esa es su teología personal. Esa forma elemental de creencia (positiva o negativa) rige toda su forma de hablar y actuar. Aún los ateos tienen su teología; una teología atea, pero es teología. Entonces, ¿qué es teología? Teología es cualquier cosa que se piense de Dios, aunque sea una estupidez, de tal forma que esa forma estúpida de creer es la que rige toda su estúpida vida.

Entonces, todos somos teólogos, Noteo. Somos seres intrínsecamente teólogos. Sin embargo, hay una teología buena y una mala; hay una teología correcta y otra incorrecta. Pero, ¿quién tiene la correcta?, - preguntarás tú - si todos dicen estar en la verdad. Sus posiciones son defendidas a capa y espada e, incluso, algunos estarían dispuestos a dar sus vidas por la posición que sustentan y yo no dudo de que tú también lo harías.

Por otra parte, dentro de una misma línea de defensores de un sistema teológico, sea cual fuere, se producen posiciones polarizadas en relación con asuntos puntuales y, dentro de ellos mismos, se levantan barreras sectorizadas. Nos perdemos, entonces, en un laberinto de confusiones de lo cual nos costaría mucho salir. Algunos nunca salen.

Esta situación nos lleva a pensar en que la situación no se produce por la teología en sí misma, sino por la gente que sustenta su propia teología. La situación demanda la aparición de un tipo de teología funcional y unificadora, que ayude al hombre a salir de su diversificación y confusión. Creo, pues, (y esto es teología también), que la verdadera teología tiene que ser un asunto de revelación, en la que el mismo Dios se revele al hombre para explicarle qué es El y qué propósito tiene. La misma palabra lo dice: “Teo”. Esta teología que explico no sólo es un tratado acerca de Dios, sino que ese “tratado” proviene de Dios, mediante revelación. Por lo tanto, si es “Teo”, o sea, si la fuente de esa Teología es Dios, entonces no es “anthropos”; de lo contrario sería “antropología”, o sea, un tratado acerca de Dios, cuyo origen sería el hombre, y no “teología”. Así que indefectiblemente tienes que atenerte a “Teo” (Dios) para que Él te lo diga. De lo contrario seguirás confundido porque los “anthropos estan confudidos” y, en su confusión, confunden a otros también.

Escucho o leo a algunos predicadores espiritualoides (como tú Noteo), que critican a los que enseñan la Palabra, y ellos quieren dar a entender que ellos mismos no son teólogos. Sin embargo, al adoptar una posición contraria , esta misma los convierte en teólogos, por lo que sería aconsejable, entonces, para los “teólogos - no teólogos” que no abrieran la boca, que se callaran, que ni enseñaran, ni predicaran, ya que, al predicar su no-teología, están realizando la misma actividad que los teólogos con las suyas. Si su “no teología” no es “teología” y es “antropología” , su “antropología” está establecida por una urdimbre de “doctrinas de hombres que para engañar utilizan con astucia las artimañas del error”, para perdición de ellos y de los que los oyen. Es mejor entonces que “cuelgues los guantes” y te retires, Noteo. Porque para predicar doctrinas de hombres, Noteo, no es necesario la Revelación; como no necesitaron la Revelación los filósofos antiguos ni modernos, o los fundadores de religiones antiguas y modernas, ya que sus enseñanzas humanas satisfacen a cabalidad “los oídos con comezón de oír” cualquier cosa, venga de donde venga, sea lo que sea, mientras que no sea “Teología Revelada”. ¿Por qué? Porque la Teología Revelada es la columna que sostiene el edificio de la vida espiritual del creyente y de la Iglesia, la que define posiciones concretas y firmes, la que alumbra el camino por donde ir, la que define y establece el derrotero fiable al creyente, y la que aparta los pies del mal para seguir el bien y la que compromete al hombre con Dios..

Por esto, No-teo, Satanás está contra la Teología. Por eso Satanás utiliza a los “teólogos no teólogos” para que sigan anunciando su “no-teología” , ya que esto producirá la suficiente ignorancia, oscuridad y confusión, que es el caldo de cultivo para la producción y reproducción de cada idea rara que se le ocurre a Satanás, que proclaman sus fervientes portavoces, y que tantos tirones de pelo produce en los Teológos.

Por esto, “teólogos-no teólogos” , ¡no escuchéis la voz de la Teología, pues ella traerá luz a su “no teología”. No escuchéis a los Teólogos, porque ellos serían capaces de enderezar el camino errado por el cual van. Desechen la Teología ya que ella puede conducirles a la verdad y esto es un pecado imperdonable (para el Diablo). Sigan su camino, predicadores “no-teólogos”, que vuestro premio viene por ser fiel, perseverante y defensor de “vuestros altos ideales no-teológicos”. El “autor y consumador de vuestra “no -teología” les espera “gozoso” en las quintas calderas del infierno para que experimentéis la más eterna y tierna de las comuniones infernales con todos aquellos que como uds. fueron, “caballos cerreros”, que no se dejaron enseñar por la Teología.

Por favor, Noteo, escápate de las manos de ellos, que “el mandamiento es lámpara y la enseñanza luz”.

Sin más, un simple pastor que aunque no está a la altura de Agustin, ni Calvino, ni Arminio, ni Wesley, sin embargo está en contra de la no-teología y ama la Teología.

Sinceramente,

Teo Antinoteo....

¡Hasta la próxima......_____!

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